viernes, 19 de febrero de 2010

Laura en el Strepers



Laura se sube a una pasarela con su ligero traje de marinera, dispuesta a bailar de tal, forma que los que la observa disfruten su sensuales movimientos . En el escenario que Laura baila, se encuentran unas barras, las cuales son el elemento fundamental para su espectáculo; las utiliza para sus atractivos movimientos.

Laura Sigue el ritmo de la música y utiliza su cuerpo como instrumento principal, baila para tratar de seducir a sus clientes, se desliza por la barra demostrando ser una experta, abriendo su piernas y con una mirada provoca, queriendo decir algo a los que esa noche van a verla, intenta captar la atención de todos.

Después de haber bailado un buen tiempo, Laura con sus movimientos lentos, se va despojando de sus pocas prendas, comienza por el pequeño top que cubre sus senos y termina con sus cacheteros, que apenas cubren sus prolongadas caderas; poco a poco queda desnuda y comparte su cuerpo con los visitantes del sitio; sigue su baile ahora queriendo darles un mensaje directo a los hombres. Abriendo sus piernas y con dominio en la barra, termina su show.

Se viste un poco y baja del escenario para visitar cada mesa y pedir la colaboración del show. De algunos recibe unos cuantos billetes de mil y dos mil pesos y si está de buenas le dan un poco más.

Algunos clientes muestran su indiferencia ante ella, levantan su mirada, la miran de pies a cabeza y dan su propia opinión diciendo, si está ‘buena’ o si ‘aguanta’, unos prestando la menor importancia continúan conversando con sus amigos .

En el recorrido de otras mesas, Laura es invitada por algunos clientes a tomarse un trago; otros hablan un par de minutos con ella queriendo sus servicios, pero ese día ella sólo baila, no tiene turno para la pieza, sólo recibe dinero por el show.

Laura tiene tres hijos y según ella, ellos saben en qué trabaja, porque según ella, les cuenta todo y les tiene mucha confianza; “de todas formas lo hago para sacarlos adelante y llevarles un bocado de comida, y la verdad aquí me va muy bien”, dice ella algo tranquila.

Esta mujer que todas las noches hace lo mismo, pero debe inventarse algo para que la jornada no se haga tan pesada, sabe que la noche es para ella movimiento, que termina agotada, pero que su trabajo será recompensado al final de la noche y que sus hijos tendrán por lo menos que comer; que ella es otra víctima del y desempleo que le toca hacer algo para sobrevivir.

Laura se dirige a su camerino contando el dinero que logró recibir, “no estuvo tan mal, para haber sólo bailado, si me hubiera tocado pieza, más ´platica´ me llevo para la casa”. Se despide de todos y deja a muchos con ganas, pero saben que allí la pueden encontrar toda la noche disponible, siempre y cuando le den pieza.

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